31 ene 2015

SLVM Fashion Week: Sálvame se salva.


Sálvame, ese programa que nadie ve, o eso dice todo el mundo cuando se le pregunta. A pesar de ello, las cifras de audiencia hablan por ellas mismas, una media de dos millones de espectadores durante las cuatro horas (aproximadamente) que dura el programa.

Lo voy a reconocer, yo veo sálvame  de vez en cuando, sobre todo en esas tardes de aburrimiento que no sabes que hacer (o no te apetece hacer nada). Como filóloga que soy, me parece un acto un tanto suicida, puesto que no hay día que no me hierva la sangre viendo o escuchando según qué cosas, pero me entretiene, sin más, así que cumplen totalmente su objetivo.

Dejando de lado todo esto, el pasado jueves día 22 de enero, en Sálvame se vivió un acontecimiento digno de aplaudir: la Sálvame Fashion Week. Digno de aplaudir puesto que, de mejor o peor forma, se le dio visión y relevancia a la moda española. Telecinco y Mediaset se encargaron de organizar un evento por todo lo alto, con desfiles, caras conocidas con photocall incluido y mucha moda.


El show empezó con el desfile de los colaboradores del programa luciendo los diseños de jóvenes talentos. Los nombres que se pudieron ver fueron los de Xisco Morales, Joaquín Martínez, Laura Caicoya, Sergio López, Raúl Madrid o Paula García Junco, jóvenes que apostaron por diseños revolucionarios y atrevidos.
De izq. a der.: Kiko Matamoros de Sergio López, María Patiño de Raúl Madrid y Kiko Hernández de Xisco Morales.
Fuente: Formulatv.

A continuación, se pudo ver el desfile de Moda España, tal y como lo bautizó el propio programa. En dicho desfile pudimos ver a los colaboradores vestidos con prendas de diseñadores españoles ya consagrados, tales como Petro Valverde, Ion Fiz, María Escoté, Lucas Balboa, Josep Abril, Joaquim Verdú, Juana Martín, Custo Barcelona, Francis Montesinos, Ágatha Ruiz de la Prada, David Delfín y Roberto Verino. 

De izq. a der.: Lydia Lozano de Agatha Ruiz de la Prada, Mila Ximénez de Roberto Verino y Karmele Marchante de Custo Barcelona. Fuente: Formulatv.

Después de estos dos desfiles, en los que todos los colaboradores lucieron prendas firmadas por diferentes diseñadores, se llevó a cabo el desfile Salvame beach en el que imperó un estilo 100% ibicenco y que fue creado por una de las colaboradoras del programa. 

Fuente: Formulatv

A continuación, se llevó a cabo el desfile Alfombra roja en el que las colaboradoras lucieron elegantes trajes de noche. 
Cerró el show el desfile Sálvame Nupcial en el que se pudieron ver trajes y vestidos de boda, diseñados por Fuentecapala para los hombres y Lunas de Boda para las mujeres

De izq. a der.: Kiko Hernándes de Fuentecalapa, Raquel Bollo y María Patiño de Lunas de Boda. 
Fuente: Formulatv.


Después de haber visto el programa y los desfiles, y después de haber hecho este pequeño extracto, no falta nada más que dar un punto positivo para Sálvame, programa que ha sido capaz de acercar (de mejor o peor forma, eso ya queda a juicio de cada uno) la moda a infinidad de hogares españoles, puesto que, tal y como afirma Vanitatis, el programa batió su récord histórico de espectadores.


Laia Quintana López.



30 ene 2015

Los nuevos bocetos de moda

Hoy quiero hablar de los bocetos de moda, esos diseños románticos donde cada diseñador deja volar su imaginación.

Aunque ahora los procesos y el sistema de la moda ha cambiado, los bocetos siguen siendo elementos que transmiten ese savoir faire tan especial. Son la base de los diseños, de las ideas que se materializan y visten a las modelas en las pasarelas, las series de televisión o las alfombras rojas.

Veamos por ejemplo los diseños de Dior para la colección de Alta Costura primavera-verano 2012, o los diseños de Miuccia Prada para el Gran Gatsby. Son autenticas obras de arte.



Bocetos para Alta Costura, primavera - verano 2012



Bocetos de Prada para el Gran Gatsby


Pero, si dejamos lejos los clásicos, encontramos muchos diseñadores que se atreven a plasmar en el papel fabulosos modelos de una manera transgresora y sorprendente. Este es el caso de Grace Ciao
Esta joven diseñadora nacida en Singapore ha revolucionado las redes sociales y ha introducido una nueva manera de representar los diseños más exclusivos. 





Se trata de bocetos hechos con flores y hojas de todo tipo. Con estos materiales la ilustradora diseña vestidos con materiales efímeros que conserva a través de fotografías. Una apuesta muy innovadora que cambia el concepto del boceto más clásico que conocíamos hasta ahora. 

Os animo a conocer un poco más sobre su obra aquí. Yo he quedado fascinada...


@Neus_Lloveras




29 ene 2015

Las falsificaciones: más allá de los "top manta"

Año nuevo, propósitos nuevos. Y entre los trending topic de cada mes de enero, el ahorro suele ser uno de los deseos más firmes: acabamos de pasar las navidades y, quizás por haber estado poco previsores, nos damos cuenta con estupor que estamos en números rojos. 

Aunque claro, tampoco queremos ser radicales e ir del despilfarro a no gastar en absoluto, así que nos pasamos al bando de los chollos: ¡las rebajas y los 2x1 están a la orden del día! Estamos en uno de nuestras tardes de shopping cuando, de pronto, damos con un bolso Guess a mitad de precio y un cinturón Emporio Armani al 50%. ¡Por fin! ¿Será ésta la solución definitiva?

La frontera entre el delicto y la inocencia

Hace casi tres años que la venta de falsificaciones en la calle pasó de ser un delito a una falta administrativa, pero el Código Penal sigue persiguiendo la mano de obra que fabrica estos productos casi idénticos a los originales y con el mismo logotipo. El hecho de obtener beneficios económicos a costa de las creaciones de otro implica una vulneración contra la propiedad industrial y está castigada con penas de seis meses a dos años de cárcel.

Para la mayoría de consumidores, el primer motivo para comprar falsificaciones es ahorrarse dinero, y no intentar perjudicar a la industria que crea los productos auténticos. Por lo menos, esto es lo que cree el profesor de Derecho de la Universidad Pompeu Fabra Rafael Bustos: "el que lo elabora sabe perfectamente que comete un delito, mientras que el comprador no lo hace con ánimo de defraudar al diseñador. El daño por adquirir un solo producto es muy pequeño en comparación con el de elaborar 3.000". ¿Pero qué pasa cuando nos están vendiendo un bolso o unos zapatos falsos como si fueran auténticos?

Elaboración propia
Los "made in" de pandereta

El delito de estafa también se sanciona en el artículo 248 del Código Penal. Se impone un máximo de tres años de cárcel cuando los beneficios obtenidos por el engaño no superan los 400 euros, o hasta seis años de condena en los casos más graves. Y aunque aparentemente la teoría parece sencilla, el abogado penalista Marco Esteban ve que a la hora de llevarlo a la práctica es cuando surgen más problemas: "para denunciar que te están vendiendo un objeto que no se ajusta a su calidad se ha de probar no sólo el engaño, sino también la intención de engañar, y esto no es tan fácil".  

Por otro lado, la jurisprudencia también tiene en cuenta si la víctima ha tomado medidas suficientes para protegerse del fraude, de manera que tanto si nos topamos con un "Pucci" como con un D&G unos cuantos euros más baratos que en la tienda, el argumento "es que me engañaron" nunca nos servirá ante un juez.  

Así pues, para ahorrarnos disgustos lo mejor es acudir a los establecimientos, donde nosotros y trabajadores como la Sales Assistant de Emporio Armani en Barcelona, Lorena del Cura, podremos respirar tranquilos: "las falsificaciones degradan la imagen de la marca porque los productos no tienen la misma calidad ni lucen igual". 

Cuando los compradores son el problema

Pero, ¿y si somos nosotros la razón de que se fabriquen falsificaciones? Ésta es una pregunta de la que el Sales Manager de Louis Vuitton en Barcelona, Gonzalo Fernández, tiene muy clara la respuesta: "el problema realmente no recae en quien vende sino en quien compra". Ahora, la cuestión es: ¿quién adquiere una falsificación y por qué? 

Elaboración propia

Desde la Cámara de Comercio, el director del servicio de Estudios, Juan de Lucio, se aleja del motivo económico para centrarse en otros factores como la moda y el prestigio de la marca: "los compradores se mueven más por el valor social de una firma que por la calidad del producto". Estas personas buscan las falsificaciones para aparentar y no por fidelidad, ya que quien considera que las marcas se corresponden con su estilo de vida no compra en los "top manta". 

De esta manera, valores como el hedonismo, la felicidad, la belleza o el éxito toman mucho sentido para el profesor de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid, Manuel Valero: "las marcas buscan crear vínculos emocionales entre ellas y el posible cliente con tal de motivar que compren sus artículos".

El perfil del usuario de género falso viene determinado sobretodo por el valor simbólico que éste le otorga al producto y por el placer que le ocasiona comprarlo. Y esto para Manuel Valero se traduce en que el consumidor busca proyectar el estilo de vida asociado a aquella marca, aunque no sea el suyo: "quiere adquirir el estatus que representan estas ropas y complementos pero a un precio, y con una calidad, mucho menores".

La empresa contraataca

En este sentido, es a los compradores a quien pretenden influir las organizaciones defensoras de las marcas. Para acabar con el problema de las falsificaciones, tratan de concienciar a la población para eliminar la demanda.

Básicamente lo que argumentan es que estas reproducciones afectan a puestos de trabajo y que perjudican económicamente a las empresas, aunque, de hecho, no es así del todo. El sector de las marcas de lujo, lejos de ver afectados sus ingresos, es uno de los pocos que ha crecido con la crisis y en poco más de dos años ha obtenido un 30% más de beneficios.

En el fondo, el objetivo es mantener la exclusividad, por eso cuentan con peritos que detectan las falsificaciones. Es entonces cuando el inspector jefe de delitos económicos de los Mossos de Esquadra, Antoni Mariscal, inicia la investigación: "no actuamos antes que se interponga la denuncia porque sabemos reconocer la autenticidad tan bien como las propias firmas".

Cortar de raíz

Creative Commons

A menudo, para acabar con un problema hay que buscarle una causa: ¿de dónde llega todo el género que los vendedores ambulantes pasean por Plaza Cataluña y el Puerto Olímpico? En general, las investigaciones de los Mossos apuntan a que las falsificaciones casi perfectas provienen de Asia y, en particular, de China y la India. Estas organizaciones internacionales son quienes acumulan más responsabilidad penal y, a la vez, las que menos las asumen.  

La historia de Amadou Bocar Sam saca a relucir una realidad que no se tiene en cuenta en todo este asunto: el actual presidente de la Coordinadora de Asociaciones de Senegaleses en Cataluña pasó seis años en trabajos precarios en Madrid para poder pagarse los estudios. Ahora, denuncia la criminalización a la que están sometidos: "hace unos años los inmigrantes hacíamos el trabajo que los españoles no querían. Ara sólo nos quedan actividades consideradas delictivas como recurso para sobrevivir. Sólo tenemos dos opciones: o recoger y vender chatarra o la venta ambulante".

La punta del iceberg 

Entre tanto, las noticias y vídeos sobre la violencia policial contra los senegaleses, nacionalidad que más abunda en este sector, son cada vez más frecuentes, aunque agentes de la Guardia Urbana de Barcelona como Daniel Rodríguez hablan de defensa propia -dejando de lado los casos de violencia extrema-: "antes las mafias fiaban la mercancía a los vendedores ambulantes y una vez vendida la pagaban. Desde que les requisamos los productos, las mafias les exigen que les paguen primero. Es por esto que se ponen violentos, porque les estamos quitando aquello que les da de comer".  

De enero a junio del 2013, el Ayuntamiento de Barcelona impuso más de 25.000 denuncias por compra y venta ilegal en espacios públicos. A pesar de eso, Amadou Bocar insiste en que los vendedores de estas falsificaciones ven esta actividad más como un plato de comida para ellos y sus familias que como un delito: "es una cadena en la que ellos son la parte más visible, pero no la que más se lucra. Sólo saben dónde conseguir el material a vender, pero no quién lo importa".

Un grano de arena

Este es otro ejemplo, como tantos otros, de que un pequeño gesto puede desencadenar un delito a gran escala. Es como un pez que se muerde la cola: si no dejamos de comprar falsificaciones, no se dejaran de fabricar. En consecuencia, nosotros somos una parte activa del delito, y esto es suficiente para que la parte sumergida del iceberg no se deshiele nunca. 


--------
Anna Elizalde